MAHĀYOGĪ ŚRĪ ŚRĪ BĀBĀ LOKNĀTHA BRAHMACHĀRĪ (1730-1890) Y SUS GURUS (MAESTROS)

Mahāyogī Śrī Śrī Bābā Loknātha Brahmachārī  nació en el año 1730 en la Bengala unida (ahora parte de Bengala Occidental), en la zona este de India. El gran Yogi Śrī Loknātha y su amigo Śrī Beṇīmadhāba dejaron sus hogares en compañía de su Guruji, Śrī Bhagabān Gāṇguly, después de pasar la ceremonia sagrada del hilo de rosca.  

Luego de dejar atrás a sus familias, fueron rumbo a Kalighat (ubicado en Kolkata) que en aquella época era un denso bosque (1741) a las orillas del río Ganga, y comenzaron a hacer “Sādhanā” bajo la instrucción espiritual de su Gurú. El proceso fue extremadamente riguroso. Pasaron 40 años en esta selva, practicando Yama, Niyama, Āsana, Prāṇāyāma, Pratyāhāra, Dhāraā, Dhyāna y Samādhi así como también Brahmanusthāna.  

Una vez que lograron mantenerse en una Āsana cómodamente, por periodos extensos de tiempo, ser maestros sobre las técnicas de Prāṇāyāma, o respiración yóguica, tener el suficiente control sobre los cinco sentidos y sobre los seis enemigos; y cuando lograron confinar y limitar su “Chitta” (materia mental) a un cierto lugar u objeto, Guruji los ordenó en “Brahmanusthāna”.

Así, realizaron durante este periodo una de las partes más importantes de su práctica: el Sādhanā Védico.

A la edad de 51 años, los dos Yogis completaron su Haṭha Yoga Sādhanā en la profunda selva próxima a Kolkata. Al final de su entrenamiento, Guruji Bhagabāna Gāṇguly les dijo que debían cocinar para él colocando un fuego entre los muslos, lo cual ambos discípulos cumplieron exitosamente. Esto fue prueba de que el fuego no podía quemar el cuerpo de un Haṭha Yogi exitoso. 

Una mañana, decidieron iniciar el viaje hacia las grandes, celestiales y pacíficas moradas de los buscadores espirituales – la gran y sagrada montaña del Himalayas. Después de viajar por muchos kilómetros, Guruji Bhagābana Gāṇguly llegó a los Himalayas con sus dos discípulos por el camino de la montaña Noroeste, famosa como lugar de reposo de Dioses y Diosas. Este es el gran lugar donde muchos Yogis han conseguido Siddhi (éxito) al final de su Yoga-Sādhanā.

La belleza natural del valle, que siempre ha atraído gente de todo el mundo, no puede ser descrita con palabras. Estos son los mismos Himalayas donde los Yogis se han dedicado por años y años al Yoga-Sādhanā, aunque siempre lejos del acceso de la gente común. Diferentes Yogis han descrito este lugar misterioso con distintos nombres en épocas diferentes, tales como Jñāna ganj, Kouśiki Āśram, etc.

Iban pues, a través de un camino pedregoso. Gradualmente, cruzaron el área verde y alcanzaron la zona de las montañas que están cubiertas de hielo. El clima es diferente en esta zona, y muy helada.

¡No había ni un árbol, y no era un lugar apropiado para quedarse! A donde quiera que miraran, todo se encontraba cubierto por el hielo.

Fue aquí donde Śrī Loknātha y Beṇīmadhāba comprendieron porqué había sido necesario pasar por un largo periodo de práctica de Haṭha Yoga. De otro modo, no habría sido posible quedarse en aquel clima helado usando nada más que un pequeño trozo de tela. El fuego no podía quemar su cuerpo; el frío no podía detener su paso para avanzar.

Maharṣi Patañjali dice en su Yoga Sūtra, 

tato dvandvānabhighātaḥ” ||2.48||

Cuando uno alcanza la maestría en Āsana, deja de haber afectación por las dualidades. No solo ayuda a alcanzar la liberación del ataque de los pares de opuestos, sino también del calor y del frío.

Finalmente, alcanzaron una roca con algo de terreno liso rodeado por algunos hierbajos y unas pocas flores. Muchas rocas rodeaban este terreno. Los tres admiraban la belleza del lugar. Como era una 

zona un poco más alta, el clima era más helado. Encontraron una cueva y Guruji Bhagābana Gāṇguly les dijo a sus discípulos que construyeran un Āśrama a partir de 

unos cuantos trozos de piedras y arbustos, para quedarse allí y realizar su Yoga-Sādhanā. Los dos discípulos siguieron la orden y armaron un lugar apropiado para su estadía.

El momento largamente esperado por Śrī Loknātha y Beṇīmadhāba había llegado.

Guruji Bhagābana Gāṇguly les dijo que ya habían completado todas las etapas del Haṭha Yoga exitosamente. Habían terminado con la parte inicial de Rāja Yoga, Dhāraā o Concentración y Dhyāna o Meditación. Por lo tanto, solo quedaba el Octavo peldaño de Aṣṭāṅga Yoga por llevar a la práctica: Samādhi o Superconciencia.   

El Yoga Sūtra ||3.3|| de Maharṣi Patañjali dice, -“tadeva-artha-mātra-nirbhāsaṁ svarūpa-śūnyam-iva-samādhiḥ” 

Esto define Sāmadhi como el estado en el que el objeto de meditación se convierte en el sujeto y donde por lo mismo, la conciencia del yo, se pierde. Es el estado de Éxtasis y Alegría Supremo, cuando la conciencia individual se funde con la conciencia universal, la unión del Jīvātmān (alma individual) con el Paramātmān (alma universal), la unión de Śiva y Śakti en el Sahasrāra Chakra. La Realización de Brahman (consciencia pura) o Realización de Dios es el logro culmine del Nacimiento Humano. La Auto Realización es la última etapa de Aṣṭāṅga Yoga.  

El estado de Sāmadhi es logrado a través de la devoción a Īśvara o Īśvara-Praṇidhāna.

Como Maharṣi Patañjali dice, “samādhi-siddhir-īśvarapraṇidhānāt” ||2.45||

– Por medio de la perseverancia en la devoción al Señor (Dios), la perfección que viene con la absorción meditativa, se conoce como Sāmadhi.

Śrī Loknātha no reveló mucho acerca de los secretos de su práctica de Yoga más avanzada. Sin embargo, por su relato hemos llegado a saber que estuvo inmerso cerca de 50 años en Samādhi y pudo alcanzar el nivel más alto que un cuerpo humano puede alcanzar. Mientras se encontraba en Samādhi, Guruji Bhagābana no podía dormir o comer normalmente, ya que, solía cuidar de ellos día tras día, año tras año. Durante el invierno sus cuerpos se cubrían de hielo y durante el día -en verano-, el hielo se derretía. Bābā Loknātha tomó su postura favorita, Gomukhāsana. Una vez dijo que la sangre de su cuerpo se volvió gruesa durante este periodo y que su cuerpo se cubrió de nuevas capas de piel. Estas capas se removieron una vez que descendió de las montañas hacia las planicies. 

Como ellos no comían ni bebían, tampoco se les hacía necesario evacuar los intestinos u orinar. Este estado superior de Yoga es muy difícil de adquirir sin la adecuada dirección de un Gurú. Es por esto que Bābā Loknātha siempre solía contar acerca de su Guruji Bhagābana, sobre su labor incansable y el sacrificio de su vida entera por sus estudiantes. Bābā Loknātha dijo, 

Fuimos muy afortunados de tener un Guruji como él”. 

Según el Bhagavad Gītā, Bābā Loknātha había logrado el “Naiṣkarmya-Siddhi” a través de la vía del Karma-Sannyāsa (SāṅkhyaYoga – El Yoga del conocimiento) y Karma Yoga. 

Como el Señor Kṛṣṇa dice: 

Asaktabuddhiḥ sarvatra jitātmā vigataspṛhaḥ |

Naiṣkarmyasiddhiḿ paramāḿ saṁnyāsenādhigacchati ||”. (Gītā – 18.49) 

  • Aquel, cuyo intelecto permanece desapegado de todo, que conquiste sus órganos internos y permanezca sin deseo, él obtiene “Naiṣkarmyasiddhi” o la más excelente perfección, consistente en el estado de Unidad libre de deberes por la vía monástica.

Cuando Bābā Loknātha volvió de Samādhi, vio a su Guruji, aun sentado en frente suyo preparado para cuidarlo como una madre amorosa.

Loknātha estaba sobrecogido, tocó los pies de su Guruji y dijo, 

He obtenido mi Iluminación bajo la dicha de tu instrucción. Tuviste que trabajar mucho y sacrificar tu vida entera para que yo pudiera alcanzar el nivel más alto de Yoga, pero tú has permanecido sin transformarte. Me siento tan triste por ti, Guruji. Estoy preocupado de cuándo y cómo vas a recibir lo mismo que yo”

Guruji respondió, “He sido siempre un creyente en Jñāna Yoga. Tenía la idea de que Siddhi (éxito) puede ser alcanzado sólo a través de la vía del Karma Yoga de un Yogi. Pero nunca siquiera intente alcanzar este éxito para mí mismo”. 

Como el Señor Kṛṣṇa le dijo a Arjuna, –

Lokesmin dvividhā niṣṭhā purā proktā mayānāgha |

                                   Jñānayogena sāńkhyānāḿ karmayogena yoguinām || (Gītā-3.3)

Oh Arjuna, hay dos tipos de resolución en este mundo, comentada por mi anteriormente, – a través de Jñānayoga (Yoga del conocimiento) para los hombres de realización y a través de Karmayoga (Yoga de la Acción), para los Yogis”.

Guruji continuó, “si bien, estoy lleno de felicidad de ver que has conseguido el éxito siendo guiado a través del camino del Karma Yoga, me he dado cuenta que el Karma desinteresado, o la acción desinteresada, es el camino más elevado para obtener la salvación o el nirvana del ser humano. Sin embargo, ya soy muy viejo, tengo 150 años, y no tengo la capacidad de ir por el riguroso camino del Yoga-sādhanā. Pero, volveré a nacer y tú serás mi Gurú, y me guiarás en el camino para obtener la Iluminación”. Es por esta razón solamente que un Siddha-yogi como Baba Loknath vino hacia las planicies para quedarse con gente normal como nosotros.

Luego de unos pocos días (alrededor de 1835- 40), Bābā Loknātha, junto con su Gurú y su compañero, decidieron tomar rumbo hacia la Mecca y Medina a pie. Guruji quería estudiar el Santo Corán bajo la guía de un maestro apto de Kabul, la cual es una de las treinta y cuatro provincias de Afganistán. Los tres yogis se quedaron por un tiempo con Molla Shadi, quien fuera famoso en aquellos tiempos por su poesía y sus brillantes comentarios sobre el Corán. Allí Bābā Loknātha aprendió el lenguaje de Arabia y estudió el Corán bajo la guía de Molla Shadi. Desde Kabul, se fueron caminando a Mecca y Medina.

Mientras caminaban por el desierto hacia Medina, se encontraron con Abdul Gaffur, un gran ascético que vivía allí y que tenía 400 años de edad. Se abstuvo de hablar la mayor parte del tiempo. Sin embargo, Bābā Loknātha tenía que hablar con él. Bābā Loknātha dijo lo siguiente acerca de este gran hombre – “He viajado extensivamente a lo largo de todo el mundo y solo pude encontrar dos Brahmines reales aparte de mí mismo – uno de ellos es Abdul Gaffur, y el otro es Trailaṅga Swāmi (1601 – 1881).

Después de unos pocos días, dejaron la Meca y partieron en un viaje hacia Kāśīdhām (Vārāṇasī) en India, uno de los más sagrados puntos de peregrinaje, ubicado a las orillas del río Ganges. Allí, camino a Vārāṇasī, encontraron al gran Yogi Śrī Trailaṅga Swāmi. A partir de ese momento, los cuatro Yogis permanecieron juntos, y continuaron juntos al regresar a Vārāṇasī. Una mañana, Guruji Bhagabān Gaṅguly dejó su cuerpo en postura meditativa en la famosa Maṇikarṇikā Ghāt.

Śrī Loknātha y Śrī Beṇīmadhāba habían perdido a su Guruji, quien había sido como un padre, madre amorosa, su único amigo y guía. Habían dejado a sus familias y padres a la edad de 11 años. Después de eso, su Guruji había sido la única persona que los había cuidado como un padre, madre y maestro. De él recibieron la Iluminación y sólo gracias a él, su duro trabajo, su amor y sacrificio, habían logrado el éxito.

Gurur  brahmā  Gurur Viṣṇur Gururdevo Maheśvaraḥ|
  Gurureva parabrahma tasmai śrī Gurave namaḥ||

  • Gurú es el Creador Brahma; Gurú es el Preservador Viṣṇu; Gurú es el Destructor Maheśvara; Gurú es el Supremo Absoluto, la encarnación visible de la divinidad. Saludamos al Gurú.
  • Después de la partida de Guruji Bhagabāna, los dos grandes yogis – Loknātha, y Beṇīmadhāba -, tomaron rumbo nuevamente hacia la Sagrada Mecca y Medina con Śrī Śrī Trailaṅga swāmiji.

Śrī Śrī Trailaṅga Swāmiji nació el año 1607 en el seno de una familia de Brāhmanas de Andhra Pradesh (Sur de India). Su padre fue Śrī Narasingha Rāo y su madre Vidyābati. Ambos eran personas muy religiosas. Su nombre de familia era Śivarāma. Śivarāma siempre fue un niño profundo e introspectivo. Amaba pasar tiempo escuchando historias religiosas. Pasó 52 años sirviendo a sus padres hasta que su madre murió. Entonces dejó su hogar y comenzó  a realizar Yoga Sādhanā cerca de un lugar de cremación. Durante este periodo siguió votos de austeridad. Luego de algunos años, el gran Yogi Vagirathswāmi llegó para llevarse a Śivarāma con él. Así, Śivarāma dejó su pueblo con Vagirathswāmi y, luego de viajar por todos los lugares de peregrinaje del Sur y el Norte de la India, llegaron a Pushkar. Allí recibió la iniciación por parte de Sannyāsi Vagirathswāmi y fue llamado Ganapatiswāmi (en 1685), a la edad de 78 años. 

Practicó Haṭha y Rāja Yoga sistemáticamente bajo la guía de su Guruji Vagirathswami. Guruji le otorgó todos sus Siddhis Yóguicos a su discípulo.  Ganapatiswāmi logró el éxito y se convirtió en un Siddha-Yogi a la edad de 88 años luego de una larga y rigurosa Yoga-Sādhanā. Guruji Vagirathswāmi dejó su cuerpo físico en esta época y Ganapatiswāmi se fue de Pushkar, y viajó hacia todos los lugares sagrados de la India. Luego partió hacia los Himalayas para practicar una Yoga Sādhanā aún más elevada, donde permaneció un largo tiempo en una zona inaccesible (Jñānganj).

Cuando llegó a Vārāṇasī a mediados de 1737, se hizo muy popular debido a su poder espiritual. El pueblo de Vārāṇasī lo llamó Trailaṅga Swāmi, ya que su lugar de origen se encontraba en Telaṅgana, en la región de Andhra Pradesh. En aquella época la gente de Vārāṇasī (Benarés) veía a Trailaṅga Swāmi como el Señor Śiva viviente. Siempre permanecía completamente desnudo. En aquellos tiempos era muy común ver a Swamiji flotando sobre el río Ganges por días enteros, sentado sobre el agua en alguna postura yóguica de meditación, con un peso corporal de 300 libras (aunque comía muy austeramente) en el Maṇikarṇikā Ghāta. Alternativamente, se mantenía escondido bajo las olas o sobre los quemantes bloques de piedra, expuestos al despiadado sol de India.

Swāmiji vivió por más de 150 años en Vārāṇasī. Durante este tiempo, rehuyó el contacto con el público, ya que observaba el voto de silencio (Mouna) la mayoría del tiempo. Sin embargo, bendijo a miles de personas y curó muchas de sus terribles enfermedades, resolvió sus problemas e incluso algunas veces los devolvió a la vida. También bendijo y guió a muchos Yogis renombrados de la India.

Śrī Trailaṅga Swāmi anunció de antemano la fecha exacta en la que dejaría su cuerpo físico. Sin embargo, luego lo tuvo que posponer por un mes para ayudar a sus devotos en la construcción de su estatua. En ese día en particular, entró en Mahā Samādhi en “Ekadashi” (El 11avo día de la quincena lunar) durante la brillante luna del mes de Pousha (26 de diciembre) de 1887. De sus 280 años de existencia mundana, Trailaṅga Swāmi pasó cerca de 150 en Vārāṇasī. 

Śrī Trailaṅga Swāmi Math sigue estando allí, cerca del Panchagaṅgā Ghāt de Vārāṇasī. Swāmiji pasó cerca de 80 años cerca de este lugar y en la casa de Maṅgalbhatta, uno de sus ardientes devotos. Maṅgalbhatta estableció el Math con el sagrado nombre de su Gurú. El Shiva Liṅgam que Trailaṅga sacó del fondo del río sagrado del Ganges sigue ahí, al interior del Math. Las familias Bhatta han supervisado por generaciones el Math con gran devoción.   

Después de Mecca y Medina, estos tres grandes Yogis viajaron hacia Afganistán, Persia, diferentes partes de Arabia Saudita, Israel y entraron a Europa. Allí viajaron a pie por varios países incluyendo Italia, Francia y Alemania. Luego, se detuvieron en las orillas del Océano Atlántico. Posteriormente, Bābā Loknātha dijo que les tomó varios años viajar por estos lugares a pie. Bābā Loknātha aprendió muchas lenguas durante este periodo. Debido a que tomaron bastante tiempo en hacer estos viajes de un sitio a otro, tuvieron la oportunidad de interactuar con la gente del lugar. Después de eso, retornaron a las faldas de los amados Himālayas para hacer Yoga Sādhanā.

Una vez que sus mentes y sus cuerpos volvieron a estar pacíficos y energizados, Bābā Loknātha y Beṇīmadhāba planearon viajar otra vez. Bābā Loknātha tenía gran interés en seguir la ruta que los Pancha Pāndavas habían tomado en el tiempo del “Mahaprasthāna”. Fue así, que los Yogis decidieron visitar los 4 refugios o el Chār Dhām en los Himalayas, – Kedarnātha, Badrinātha, Yamunotri, Gangotri. Chār Dhām (“las cuatro moradas/asientos”) es el circuito de peregrinaje más importante de los Himalayas Indios. Localizados en la zona de Garhwal en el estado de Uttaranchal, consiste en cuatro locaciones: Kedārnātha, Badrinātha, Yamunotri, Gaṅgotri. 

Se dice que la visita a los cuatro santuarios, te lleva un paso más cerca del Nirvāna

Śrī Trailaṅga Swāmi estaba en Vārāṇasī en profunda meditación durante este periodo. Llegó a saber de sus planes y llegó de improviso al ashram para quedarse con ellos. Los dos se pusieron muy contentos de tener a Swāmiji con ellos. Posteriormente Bābā Loknātha dijo, “El gran Yogi Abdul Gaffur también llegó hasta ahí desde Mecca, para unirse a nosotros en el viaje.”

Este lugar está repleto de historias del Mahābhārata, en las cuales los Pancha Paṅdavas tomaron esta ruta vía Badrinātha en su camino al cielo. Desafortunadamente, uno por uno fueron pereciendo a causa del frío intolerable. Sólo el virtuoso Yudhisthira logró subir a los cielos en su cuerpo físico.

Los cuatro Yogis a su vez iniciaron el camino hacia arriba por la gran ruta del cordón de los Himālayas, junto al río Saraswati hacia Kailash y Mānasarovara, localizado en el Tíbet occidental. Esta es una zona de frío extremo en los Himalayas. Bābā Loknātha dijo que el viento frío los golpeaba mientras ellos se movían a través del reino de nieve. Iban completamente desnudos. No llevaban con ellos ninguna carpa, comida o bebida. Aprendieron a conquistar la sed y el hambre. Sin embargo, cuando el cuerpo humano está trabajando, necesita algo de comida. Luego Bābā Loknātha diría, “Aunque no teníamos ningún ansia de comida, algunas veces solíamos comer Kandamul, un tipo de raíz especial que crece sólo en los Himālayas”. Después de un largo viaje, llegaron a Kailash y Mānasarovara, el hogar del Señor Śiva, a una altitud de 4560 mts.

Luego de unos pocos días, continuaron su viaje hacia el norte, cruzando las fronteras de Siberia, hasta que llegaron a la tierra “sin sol”. Allí se quedaron por un largo periodo para mejorar el brillo de sus ojos y ver en la oscuridad. Bābā Loknātha contó que luego de quedarse por muchos días en esta tierra sin luz, fueron capaces de ver en la oscuridad como el león, el tigre, el zorro, etc. Su piel se volvió muy seca, y tenía una capa extra de color blanco que los protegía del viento nevoso. Comenzaron su camino rumbo al Polo Norte. Posteriormente Baba contaría la experiencia a sus devotos relatando cómo llegó hasta el nivel más alto de dicha zona, para luego volver. Beṇīmadhāba y Abdul Gaffur también fueron hasta allí, pero tuvieron que regresar rápidamente. Bābā Loknātha decía que la temperatura de esa zona era muy diferente. El aire era muy delgado y no tenía vibración. Ni uno de ellos pudo tomar aire mientras iban subiendo en lo alto, ya que el sistema respiratorio se había detenido completamente. Pensaron en volver a partir de ese punto. Y así, comenzaron el camino de descenso, iniciando el rumbo hacia China.

Luego de un largo viaje, cruzando varias montañas, ríos y junglas, llegaron finalmente a Mongolia desde Siberia. Mongolia es un país rodeado de tierra en el Asia Centro Oriental. Limita con Rusia en el norte y con China en el sur, este y oeste. Finalmente aparecieron en China por Mongolia. La gente de China nunca había visto Yogis altos, desnudos, con cabello enrastado y ojos saltones. Ese fue el primer encuentro de los chinos con los Yogis Indios. Así fue que poco después, los Yogis partieron nuevamente desde China. De este lugar, Śrī Trailaṅga Swāmi deseaba visitar Udyachal, la alta montaña, desde cuya cumbre el sol sale cada día. Bābā Loknātha también deseaba seguir sus pasos. Sin embargo Śrī Trailaṅga Swāmi lo envió a las planicies de India, ya que Bābā Loknātha tenía algunos deberes que cumplir para con la sociedad humana. 

Śrī Trailaṅga Swāmi llegó a saber a través de la Meditación que Bābā Loknātha se encontraría con su Gurú, en su próxima vida, en alguna parte de Bengal, India. Bābā Loknātha además había dado su palabra a su Guruji. Por lo tanto, él y Beṇīmādhaba volvieron a India por la vía del Tíbet. Atravesaron el cordón Siwalic del Himālaya, vía Nepal, y se albergaron en las Colinas Chandranātha por unos pocos meses. Actualmente, las Colinas Chandranātha se encuentran localizadas a 37 kilómetros fuera de la ciudad portuaria de Chittagong, en Bāṅglādeś, pero antiguamente se hallaba incluida en la Bengala unida, una región al este de India. Antiguamente, éstas eran un refugio de los Yogis. La jungla de esa área estaba llena de tigres y otros animales peligrosos. Después de unos pocos días, Śrī Beṇīmādhaba partió por Kāmrūp Kāmākhyā en Assam para continuar con su Yoga-Sādhanā, mientras que Bābā Loknātha permaneció allí. Este fue el sitio donde salvó a Śrī Vijoykṛṣṇa Goswāmi del fuego en la selva.

Bābā Loknātha estaba pensando en bajar para dirigirse hacia la parte este de Bengal. Caminaba a través de la jungla de la Montaña Chandranātha, cuando escuchó el temible rugir de una tigresa. Ésta se hallaba con tres tigres bebés. Estaba preocupada de que el intruso pudiera herir a sus crías recién nacidas. Bābā Loknātha comprendió la situación, y le dijo a la tigresa, en su lenguaje, que ella no debía temerle y que él podía cuidar a sus bebés. La tigresa se detuvo un momento, pero luego continuó su rugido. En cuanto Baba se acercó a ella, la tigresa se serenó. Bābā Loknātha comprendió que la tigresa se hallaba hambrienta y que no podía dejar a sus crías para salir a cazar.

Bābā Loknātha dijo, “Ve por comida y yo cuidaré de tus crías”.

Algo había en la voz de Bābā Loknātha que la tigresa no podía más que mover la cola al ir acercándose hacia él. Luego de un momento dio un salto y desapareció en el espesor de la selva. Las tres crías fueron dejadas bajo el cuidado especial de Baba, hasta que la madre regresara. Así pues, Bābā Loknātha se quedó ahí para cuidar a los tigrecitos recién nacidos.

Cuando estas crías crecieron lo suficiente para poder ayudar a su madre a cazar comida, Bābā Loknātha dejó la selva y apareció en la Villa de Daudkandi, en el distrito Tripura de Bengala. En estos días Daudkandi está incluida en Comilla, un distrito de Bangladesh cercano a la frontera con India.

Bābā Loknātha rescató a un hombre llamado Dengu Karmakār de las garras de la muerte, a través de su gracia divina en aquella villa. Dengu instantáneamente se convirtió en ardiente devoto de Bābā Loknātha. Era originario de la Villa Baladi, en Sonargaon, en el distrito Narayangange. Baradi está a alrededor de 45 kilómetros de Dhaka. Un día llevó a Bābā Loknātha hasta Baradi y le dio un lugar en su casa (1863). 

La familia Nag, una de las más ricas latifundistas de Baradi, quienes eran muy devotos de Baba, se aproximaron a él en aquella época y expresaron su deseo de construir un ashram para Baba, para que así se quedara permanentemente en Baradi. Gente de distintas clases sociales se acercó para formar parte de esta gran obra, cada cual según sus capacidades. El ashram fue construido en ese lugar y modelado según la costumbre de los antiguos Rishis. Había una plantación abierta de arroz en el este, y hacia el oeste un terreno vacío, mirando hacia la villa para la instalación del Mercado en tres días alternativos de la semana. Un brazo del río Brahmaputra pasaba por el lado norte, conocido como el Chagal Baghinir Ghat. Por todo alrededor del ashram se esparcía una atmósfera calma y divina. ¡Parecía haber sido creado por el mismo Creador de la tierra!

En la gran ceremonia de apertura, Bābā Loknātha le pidió dos cosas al señor Nāg, – un hilo sagrado y una pieza de tela color azafrán. Bābā Loknātha pasó cerca de ciento cuarenta años de vida como un Sadhu desnudo en los Himalayas y en la espesura de la selva, y ese día, se vistió con un trozo de tela y se puso el hilo sagrado alrededor del cuello. Entonces, se fue a vivir al ashram y comenzó a divulgar su gracia divina y sus tesoros espirituales a la gente del mundo. Tomó asiento en la postura meditativa de Gomukhāsana en frente de una gran audiencia y declaró:

“Cuando sea que estéis en peligro, – ya sea en medio del océano, o en la mitad de un campo de batalla, o en la más densa de las selvas – recordadme y yo vendré a daros salvación”.

Como dijo el Señor Kṛṣṇa

Sarvadharmān parityajya mām ekaḿ śaraṇaṁ  vraja |

Ahaḿ tvāḿ sarva-pāpebhyo mokṣayiṣyāmi  śucaḥ || Gita – 18.66

– Abandonando todas las formas de derecho y de deber, toma refugio en mí. Yo te liberaré de todo pecado. 

Gente de todas las comunidades y clases sociales, solían venir a su encuentro para el alivio de sus enfermedades y problemas cotidianos. Bābā Loknātha era un océano de compasión. En aquellos tiempos acostumbraba curarlos enviándoles “Prana” desde su cuerpo al de ellos. Permaneció en Barodi por alrededor de 26 años, y atrajo a miles de personas con su gracia divina.

Es muy difícil que un Siddha-Yogi, como Bābā Loknātha, baje hasta donde está la gente. Se quedan normalmente en el área inaccesible de los Himalayas y dedican su vida entera a hacer Yoga-Sādhanā. Esta fue su generosidad sin fin, la de haber venido hasta nosotros para liberarnos de toda clase de miserias y situaciones desesperadas.

Declaró la fecha de Su viaje a la eternidad a todos sus devotos, 8 días antes de su gran partida. Llamó a todos sus discípulos al Āśram en la mañana del 2 de Junio de 1890 y les dijo: “Hoy dejaré mi cuerpo físico a las 11:40 en punto. Sin embargo, esta no es la muerte como ustedes dicen. Es solo un cambio hacia otro medio. Así como ustedes cambian sus antiguas ropas por otras nuevas para nuevos propósitos, yo inicio un viaje a la eternidad. No obstante, estaré aquí dentro de ustedes. Si cualquiera me recuerda de corazón en busca de ayuda, yo estaré allí para él.” Sentándose en la postura de Gomukhasana, dejó su cuerpo físico a las 11:40 am, tal como lo había anunciado.

Bābā Loknātha Brahmacārī es omnipresente. Las enseñanzas espirituales del gran Yogi son el espíritu conductor de millones de devotos. Su trabajo aún es llevado a cabo por el más grande de los Yogis viviente de India, Gurudeva Mahāyogī Śrī Śrī Thākur Jānakinātha Brahmacārī y Yogiraj Tanmoy Shome, quien está constantemente trabajando para ayudar a los oprimidos, promover la educación tradicional del Yoga para el desarrollo personal de los individuos, la educación del Sánscrito, y la expansión de la educación a los niños desamparados, después de proveerlos de las necesidades básicas de comida, ropa y abrigo.